Consejos para la enseñanza de educación financiera en la escuela y en la casa
6 de noviembre de 2012
Pareciera que la educación financiera es el ‘talón de Aquiles’ en muchas sociedades. El común de las personas posee escasa preparación en el tema, mientras que otras manejan información básica; por lo tanto, se escapa la oportunidad de enseñar a los más pequeños. Lo realmente importante es destacar que cuanto más temprano se comience a aprender sobre educación financiera, mejores decisiones se pueden tomar.
En la escuela, los docentes pueden servir de nexo, despertando la curiosidad y brindando nociones básicas de educación financiera, que junto a algunos conceptos aprendidos intuitivamente en el hogar ofrecerá mejores oportunidades a los más pequeños. Y esto mientras se espera que alguna asignatura específica sea incluida dentro de los programas educativos.
De la escuela a la casa
No es tan complicado comenzar con una pedagogía que apunte a lograr que los niños aprendan, y luego sean ellos quienes vayan transmitiendo lo aprendido a sus padres.
Es importante dejar claros los conceptos básicos y, posteriormente, permitir a los niños de todas las edades un espacio para que aporten ideas de cómo aplicarán lo aprendido en su vida cotidiana, dejándoles florecer su imaginación y guiándoles mientras maduran e internalizan los conocimientos adquiridos.
Para sumar esfuerzos en esta interesante labor, la Fundación BBVA Provincial dispone en su página web de una serie de alternativas pedagógicas y artículos de interés sobre educación financiera para todos los miembros de la familia.
Educación financiera en las primeras etapas
Niños entre seis y siete años. Familiarizarlos con el dinero, hablarles del valor de los billetes y monedas, apoyándose en juegos didácticos. También enseñarles la diferencia entre ganarlo y perderlo, dejándoles saber que implica esfuerzo y límites, que no es un recurso infinito, por lo que no todo lo que queremos podemos obtenerlo de manera inmediata.
Niños entre ocho y nueve años. Ya están listos para aprender acerca del ahorro a través de técnicas vinculadas a la alcancía y cómo ello les permite acercarse a las metas trazadas.
Una buena táctica sería realizar un plan de ahorro y trabajar con ellos semanalmente en los avances, destacando la cercanía a la meta propuesta. A través del juego ‘La gran aventura del ahorro‘, los niños pueden adquirir técnicas que le ayudarán con su formación en temas financieros.
Niños entre 10 y 11 años. Enseñarles la diferencia entre el deseo y la necesidad; esto implica aprender a escoger productos relacionando precio, calidad, utilidad, etc. Se puede empezar a incrementar la madurez financiera del niño, presentándoles un concepto como el de préstamo, que implica la toma de decisiones, al considerar sus ventajas y desventajas.
Sería ideal que este proceso formativo fuese desarrollado en simultáneo desde la escuela y la casa, explicando, por ejemplo, que el dinero no brota de los cajeros automáticos, sino que eso está relacionado a una cuenta en el banco y que es producto del trabajo realizado. O a través de la práctica, asignando la mesada semanalmente (y no de forma diaria) para fomentar la organización y administración del dinero.
Una de las herramientas que ofrece el portalweb de Educación Financiera de la Fundación BBVA Provincial para fomentar estos aprendizajes, es el Curso Economía para Niños y Adolescentes, un programa preparado para familiarizarlos con los elementos económicos que los rodean en edades tempranas.
En tiempos donde las —buenas o malas— decisiones son marcadas a la velocidad de la tecnología, las personas necesitan contar con educación financiera. Por ello, abordar estos temas en la familia y en la escuela merece un esfuerzo mancomunado.